La mayoría de humanos se involucran en tribus sociales para mejorar sus posibilidades de supervivencia. Sin embargo, muchos hemos experimentado el aislamiento en los últimos años debido al COVID-19. Si bien a algunas personas les va bien solas durante períodos prolongados, muchas sienten la necesidad de conectarse con otras. Incluso cuando se trabaja en tareas específicas aisladas de otras personas, los equipos necesitan relacionarse, conectarse y tener un sentido de pertenencia, para mejorar su desempeño.
David Rock presenta el modelo ‘SCARF’, que explica cómo diferentes situaciones de la vida social pueden desencadenar la misma reacción. El modelo, que significa Estado, Certeza, Autonomía, Relación y Equidad, se basa en investigaciones que muestran que estas cinco áreas dentro del dominio social pueden desencadenar las mismas respuestas de recompensa y amenaza en el cerebro.
Nuestro cerebro tiene un sistema de supervivencia/recompensa que nos ayuda a resolver diferentes situaciones de la vida. Cuando nos sentimos amenazados, nuestro cerebro entiende que nuestra vida puede estar en peligro y activa la respuesta de luchar, correr o quedarse paralizado.
Por otra parte nuestro cerebro se calma cuando nos sentimos seguros, cómodos y valorados. Obtiene los niveles adecuados de serotonina que nos dan más acceso a nuestra capacidad cerebral y mejores conversaciones con los miembros de nuestro equipo.
En el trabajo híbrido, esto puede marcar la diferencia en la forma en que se construyen relaciones y se comunica con los demás. Es fundamental desarrollar habilidades conversacionales y establecer acuerdos que ayuden a los miembros de nuestro equipo a expresar emociones de manera efectiva y enfrentar diferentes situaciones como la retroalimentación.
Las interacciones espontáneas pueden ser escasas y lejanas, por lo que podría considerar incorporarlas en las actividades de la agenda y los espacios de diálogo para ayudar a su equipo a conocerse.
El cerebro tiende naturalmente a conservar energía. Cuando necesite concentrarse en sus tareas de trabajo, puede acelerar este potencial y pasar a la acción. Cuando tenemos varios cerebros trabajando juntos, necesitamos garantizar las responsabilidades del equipo y tener una idea clara de las fortalezas de cada individuo. Queremos que estos cerebros trabajen juntos, no que cada uno intente reinventar la rueda.
El ingrediente individual más importante en la fórmula del éxito, es saber llevarse bien con la gente.
Theodore Roosevelt
¿Cómo podemos ayudar a nuestro equipo a integrarse?
Las interacciones relacionadas con el trabajo serán más frecuentes si todos entienden los resultados que se pueden lograr trabajando juntos.
Al mismo tiempo, debemos asegurarnos que todos sepan qué deben hacer, qué tan valiosos son y qué impacto tienen en las metas del equipo. Resalte las acciones y los patrones de pensamiento que desea reforzar en el equipo reconociéndolos.
¿Cómo navegamos en tiempos inciertos?
Valores conscientes, una visión clara y liderazgo de equipo pueden ser el GPS para mejorar el desempeño. Cuando consideramos el liderazgo del equipo, la última pregunta es: ¿De qué es responsable el equipo?
Puede reducir los niveles de cortisol enfocándose en las metas de su equipo y creando un objetivo. Cuando los líderes dejan claras las expectativas, podemos apoyar mejor a aquellos con quienes trabajamos. También debemos centrarnos no solo en el trabajo de los demás, sino también en su bienestar. Podemos comenzar con cosas simples, como compartir cómo nos sentimos, qué necesitamos para tener éxito y cómo podemos trabajar juntos. Luego, permita que los miembros del equipo compartan sus ideas.
Permitir y fomentar prácticas como la meditación, alterar los momentos de trabajo y relajación, tener reuniones en diferentes contextos e incluso caminar o trabajar al aire libre puede mejorar el desempeño de un individuo, elevando a todo el equipo.
Crear un entorno en el que cada miembro del equipo se sienta valorado y aceptado aumenta la creatividad necesaria para encontrar nuevas soluciones y alcanzar los objetivos.
La investigación muestra que la diversidad cultural conduce a una mayor innovación en los equipos y las empresas, entonces, ¿Por qué tantas organizaciones no prestan atención a este consejo?
La evidencia presenta un caso claro. Un estudio encontró que las empresas con diversidad por encima del promedio tenían mayores ingresos relacionados con la innovación (45%) en comparación con las organizaciones menos diversas (26%). Se descubrió que los equipos diversos son mejores para impulsar el crecimiento del mercado con estas innovaciones.
Como líderes, debemos preguntarnos si estamos creando la atmósfera adecuada para un trabajo en equipo óptimo. ¿Estamos predicando con el ejemplo? ¿Entendemos las implicaciones sociales? ¿Estamos escuchando la neurociencia y adaptando nuestro conjunto de habilidades para enfrentar nuevos desafíos? Si no lo somos, ¿cómo podemos pedirles a nuestros equipos que hagan más?
Fuente: Agustina Yasielski – 19 de enero 2022