En los últimos años ha tomado relevancia cómo impacta el ser un líder empático, inspirador, humilde y generoso. Para algunos pueden sonar palabras débiles, que no demuestran determinación y liderazgo, pues bien, es todo lo contrario. Estudios recientes demuestran que el ser humano a través de ciertos neurotransmisores puede sentirse feliz, con calma, placer, etc. Y para mejorar la empatía debemos entender que la causa una hormona esencial llamada oxitocina, que se libera por la glándula pituitaria y actúa como neurotransmisor en el cerebro. La oxitocina interactúa con diferentes regiones y sistemas neuronales, siendo uno de los mecanismos principales por los cuales mejora la empatía y esto a su vez las relaciones interpersonales.
Hoy queremos compartir con usted este artículo que nos habla de cómo liderar con empatía, un tema interesante que, si lo ponemos en práctica a nivel profesional y personal, no cabe la menor duda que estaríamos construyendo un mundo mejor.
Un “empático” se define como una persona que está muy en sintonía con los sentimientos de los demás, a menudo hasta el punto de experimentar esas emociones ellos mismos. Esto puede parecer una cualidad más útil en la vida personal de alguien que en su vida laboral, donde presumiblemente las emociones deberían mantenerse a raya. Sin embargo, resulta que puede ser todo lo contrario: mostrar empatía de manera adecuada puede ser un componente poderoso de un liderazgo eficaz. Y cuando se combina con otros factores como la tecnología y la innovación, puede generar un desempeño comercial excepcional, como avances en el servicio al cliente. Esta semana, exploramos algunas estrategias para que los líderes mejoren su cociente de empatía.
La empatía puede ser un superpoder
Jamil Zaki psicólogo investigador de la Universidad de Standford, comparte lo siguiente: “Cuando capacito a líderes en empatía, uno de los primeros obstáculos que debo superar es este estereotipo de que la empatía es demasiado suave y blanda para el entorno laborar”
Zaki sugiere que, contrariamente al estereotipo, la empatía puede ser un superpoder en el lugar de trabajo, ayudando a aliviar el agotamiento de los empleados y estimulado una mayor productividad y creatividad. Impulsar las habilidades empáticas de los gerentes es más importante ahora que nunca: “Existe evidencia de que durante el tiempo en que las redes sociales se han apoderado de gran parte de nuestras vidas, la empatía de las personas también ha disminuido”, dice Zaki. Las formas de mejorar la empatía de los líderes Enel lugar de trabajo incluyen infundir más empatía en las conversaciones habituales, recompensar el comportamiento empático y automatizar algunas responsabilidades no centradas en los humanos para que los gerentes puedan centrarse en la tutoría.
Hay dos tipos de empatía que pueden ser útiles en situaciones de negocios, según el orador y autor profesional Minter Dial en una conversación con Mckinsey. “Una es la empatía efectiva, donde sientes lo que siente la otra persona, dice. “Así que, si empiezas a llorar, yo voy a llorar. En un caso de negocios, el área más interesante es la empatía cognitiva, donde entiendo por qué sientes lo que sientes”.
Donde se vuelve complicado es cuando se intenta enseñar a la IA a mostrar empatía. Es posible que los conjuntos de datos necesarios para entrenarlo no sean efectivos todavía, pero una técnica anticuada (la escucha activa) si podría hacerlo. “Simplemente eres capaz de demostrar que estás escuchando y permites que la otra persona continúe hablando, para proporcionar todo el contenido, ese tipo de máquina realmente podría funcionar”, dice Dial.
“A medida que adquirimos más poder y estatus, tenemos dificultades para empatizar naturalmente con los demás”.
Así lo explica el estratega empresarial y autor John Horn sobre por qué es importante que los líderes intenten comprender la mentalidad de sus competidores. “Cuando las personas adquieran mayor rango en los negocios, necesitarán pensar directamente en los competidores”, comenta hablando sobre la empatía cognitiva. Si bien puede que no sea posible preguntar a los competidores sobre sus estrategias, tecnologías como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y los macrodatos pueden proporcionar herramientas de conocimiento competitivo basadas en un factor predictivo. “Se podrían utilizar estos datos para observar varias industrias y saber, por ejemplo, cuál ha sido la respuesta cuando subieron los precios. Eso es pensar en el comportamiento probable que tendrán sus competidores”, dice Horn.
Las cualidades que hacen empático a un líder se pueden encontrar dentro de uno mismo y en las situaciones de la vida diaria. “Intentar desbloquear la energía y la aspiración que hay dentro de nosotros”, sugiere Pierre Gentin, socio principal y director jurídico de McKinsey. Lo que Gentin llama “flechas de inspiración” (ya sea que provengan del arte, la música, la literatura o las personas) pueden estar disponibles para los líderes todos los días. Él cree que “mucho de esto es simplemente abrir los ojos y reconocer realmente lo que tenemos frente a nosotros y hacer la transición de lo pequeño y lo negativo a lo grande y lo transformador”. Por ejemplo, en un contexto organizacional, es posible que las personas necesiten mirar más allá de las preocupaciones de corto plazo y considerar “lo que pueden hacer fuera de los cuatro rincones de la definición de su rol, dice. “¿Cómo podemos colaborar para hacer cosas creativas, emocionantes y valiosas?”
Hay ocasiones en las que la empatía puede ser demasiado buena o los líderes pueden mostrarla de manea incorrecta. Un error obvio es hablar de labios para afuera sobre la idea, pero tomar medidas limitadas o ninguna. En un caso, un grupo de TI de una empresa trabajó horas extra durante muchas semanas durante la pandemia. Los líderes elogiaron generosamente al grupo, pero la única acción que tomaron fue comprarles a todos los miembros del equipo un libro sobre administración del tiempo. Otro error puede ser: evitar formar relaciones solidas que conduzcan a una buena comunicación, comprensión y compasión. Y la empatía por sí sola, si no se equilibra con otros aspectos de la inteligencia emocional, como la autorregulación y la compostura, puede descarrilar la eficacia del liderazgo.
Un dato interesante es que los empleados que creen que sus organizaciones, y especialmente sus gerentes, son empáticos tienden a reportarse enfermos con enfermedades relacionadas con el estrés con menos frecuencia. Informan menos agotamiento . Informan de una mejor salud mental y moral y de una mayor intención de permanecer en sus organizaciones. Las personas que sienten empatía también tienden a innovar más y a asumir riesgos creativos.
En 2023, los líderes hablaban de un año de eficiencia. Es un error asumir que ser eficiente significa desconectarse emocionalmente y tratar de desconectarse de las personas para poder trabajarlas más duro. Pero cuando las personas se sienten conectadas con sus colegas y líderes, trabajan más duro, más rápido y de manera más creativa.
El primer enfoque es que los gerentes dediquen más tiempo a conectarse con la gente. Esto es muy vital y a menudo se pasa por alto. En la búsqueda de la eficiencia, a menudo ignoramos lo que nos permite ser eficientes a un nivel más profundo.
Es importante saber que la empatía es algo en lo que puedes trabajar. Si sientes que no puedes cambiar, realmente no tiene sentido intentarlo. Una vez establecido esto, hay varias cosas importantes.
La primera es que muchos líderes creen que para crear una cultura más empática será necesario un cambio gigantesco. Los eventos grandes y únicos, como los días de voluntariado, son fantásticos. Pero la empatía, como cualquier otra habilidad, requiere una práctica habitual. El poner en práctica e infundir más la empatía es importante que en las conversaciones habituales, por ejemplo, se realicen más o mejores preguntas.
Otra cosa es repensar cómo premiamos a las personas y en qué nos centramos en nuestras conversaciones. Muchas de nuestras normas sociales recompensan a las personas en función de sus actuaciones individuales. Pero también es importante cuando vemos a alguien actuando con compasión o empatía expresarlo de manera positiva, enfatizando el comportamiento empático y ayudando a que se convierta en un comportamiento normal.
Algo importante de recordar es que, para estar ahí para otras personas, debemos estar ahí para nosotros mismos. Hay pruebas de que cuando las personas experimentan y practican la autocompasión (tratándose a sí mismas con el mismo cuidado que tratarían a un ser querido) se vuelven más eficaces a la hora de estar ahí para otras personas de forma sostenible.