Frecuentemente nos enfrentamos con situaciones dentro de las organizaciones donde escuchamos comentarios como: «Aquí no existe la colaboración, no son agradecidos». Estas afirmaciones suelen darse a todo nivel dentro de la organización, generando desconfianza, insatisfacción y un mal clima organizacional.
Estas percepciones en el trabajo, pueden desgastar a los equipos y se llega a manifiestar en jefes que no tienen confianza en su colaboradores, llegando a ser controladores o abandonadores. Y por parte del equipo, se manifiera en colaboradores infelices, desmotivados, y poco valorados.
El modelo de Silvia Damiano, contempla la competencia de colaboración en la cual uno de sus pilares, es la inspiración. Por experiencia propia, se ha observado que en las organizaciones las personas buscan quien los inspire. Esto resulta ser relevante porque es parte de sentirse feliz y realizado con lo que se hace.
Si queremos que nuestros equipos de trabajo sean colaborativos, debemos enfocarnos como lideres en ser capaces de inspirar y entusiasmar a los demás.
¿Cómo podemos inspirar a nuestros colaboradores?
Inspirar a los demás se logra buscando la felicidad. La ciencia ha descubierto que el buscar ser más felices nos facilita lograr lo que queremos y en una organización eso representa mejor colaboración y rendimiento.
Debemos de aprender a ser más agradecidos y practicar la gratitud. Cuando practicas la gratitud, tienes más optimismo, éxito, consigues tus objetivos, fortaleces tu sistema inmunológico, permitiéndote estar más sano.
El Dr. en Psicología Tal Ben-Shahar dice que apreciar significa dar las gracias por algo, pero también significa aumentar el valor. Ambos significados están conectados, ya que cuando aprecias las cosas buenas de la vida, las cosas buenas se aprecian, y por ende obtienes más de ellas. Existen pruebas científicas que cuando aprecio a mi pareja, mi trabajo y mi vida, las cosas buenas aumentan en mi vida y estas aumentan de valor y tengo más.
Si como líder practicas la gratitud, esto puede aumentar los neuroquímicos esenciales, que también son del bienestar como la dopamina, la oxitocina y la serotonina. Además de estar relacionada con una mayor compasión, dando lugar a relaciones más sólidas y menos emociones negativas como la envidia, la depresión, el sentimiento de soledad y el materialismo.
Ser feliz y agradecido no es difícil, solo debemos de ponerlo en práctica y ser ese efecto domino en nuestras organizaciones para generar culturas cerebro amigables transformando así, una sociedad.